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La aduana comercial marroquí: ventajas e inconvenientes



No cabe duda que el mayor peligro para un país es suprimir de un día para otro el medio de vida de miles de sus ciudadanos sin ofrecerles alternativas inmediatas ya que las posibles consecuencias pueden ser importantes, sobre todo teniendo en cuenta si existen también dolorosas separaciones familiares. Esto ha ocurrido en todo el norte marroquí desde Nador hasta Castillejos-Fnideq. La arriesgada decisión afectó igualmente a Melilla y Ceuta que, siendo las auténticas destinatarias, de pronto se vieron privadas de una gran parte de su inestable desarrollo económico, aunque estas ciudades podían contar con ayudas nacionales o comunitarias. El hecho de que un reciente y simple rumor de apertura desplazara hacia las fronteras a miles de marroquíes, demuestra el interés existente en una amplia zona de dicho país por reanudar las relaciones con las ciudades autónomas, unos para regresar con sus familias y otros para volver a trabajar en Ceuta o Melilla. El reciente acuerdo entre Marruecos y España que se materializó en un documento de 16 apartados, contiene un párrafo que se refiere a solucionar esa peligrosa situación que sumergió en la ruina a miles de ciudadanos. El párrafo en cuestión dice en su apartado 3 que se procederá a “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”. Con este dato, muchos se han aventurado a anunciar la próxima instalación de una Aduana comercial de parte marroquí en la frontera y parece que teniendo en cuenta el texto que hace referencia también a mercancías y a control aduanero terrestre, podría interpretarse así. De todas formas, vale la pena comentar siquiera brevemente, las ventajas e inconvenientes también para Ceuta de una posible y auténtica Aduana marroquí en la frontera y algunas ramificaciones a concretar. En realidad, se estaba dando la paradoja que un país amigo, con un Tratado Preferencial de la Unión Europea, con la que mantiene un constante tráfico económico, carece de Aduana en el límite con un territorio comunitario, pero con la situación anterior del porteo, que podríamos calificar de no regular. Y no procedería aducir motivaciones de política internacional, por cuanto la Aduana Comercial existió en Melilla desde siempre hasta su reciente clausura, pero lo cierto es que Marruecos ha venido practicando una política de Estado unilateral en el Estrecho, lo que perjudicó continuamente a Ceuta, mientras España simplemente eludía sistemáticamente los problemas. Una auténtica Aduana La instalación de un control administrativo y fiscal de este tipo supondría que una amplia zona del norte de Marruecos vería aumentado su nivel de vida y que la entrada de divisas oficiales aumentaría vertiginosamente en aquel país. En Ceuta se consumirían además de las peninsulares, frutas, verduras, carnes o pescados procedentes de Marruecos. Muchas viviendas se construirían con ladrillos, arena y cemento marroquíes y todo ello podría bajar los precios sensiblemente, tanto por el costo del producto como por el ahorro en el transporte. Y el puerto de Ceuta recibiría más mercancías de las que puede absorber, convirtiéndose en un destino abastecedor también de Marruecos, compitiendo las compañías marítimas en precios de fletes con Tánger. Actualmente la situación aduanera de Ceuta es de tercer país, al no pertenecer a la Unión Aduanera. Traducido a fiscalidad, Ceuta tendría diferentes gravámenes en las distintas etapas. La importación a consumo en Ceuta para su venta local, implicaría el pago del correspondiente IPSI a la importación, y la mercancía declarada en tránsito hacia Marruecos supondría la exención del IPSI o su devolución al consumarse la exportación. Y quedaría por estudiar el tratamiento de las compras realizadas por turistas al regresar a Marruecos.


Porque la existencia de una Aduana Comercial en la frontera marroquí podría convertir a Ceuta en un depósito de mercancías listas para exportarse a Marruecos mediante el pago de los aranceles correspondientes en su caso y devolución del IPSI. Y los comerciantes de aquel país podrían pedir a los de Ceuta electrodomésticos, muebles o cualesquiera artículos, sin necesidad de adquirir grandes cantidades y con servicio rápido. E igual sucedería de Marruecos hacia Ceuta, donde se devengaría a la entrada el IPSI correspondiente. También es preciso citar a los marroquíes que vendrían a Ceuta a hacer turismo y comprar artículos diversos, pasándolos después por la Aduana abonando los derechos correspondientes, solo en caso de que superen los mínimos exentos establecidos. Y los ceutíes pasarían a Marruecos como turistas y a comprar artículos típicos o en esas zonas francas tan comentadas y otras tiendas que no existen en Ceuta. En consecuencia, la realidad económica de dicha ciudad y del Norte de Marruecos cambiaria sensiblemente, siendo una economía de ida y vuelta. Y todo esto debe ser realizable a corto plazo porque es posible tomar medidas urgentes al respecto, lo que beneficiará a grupos económicos importantes junto a ciudadanos, a uno y otro lado de la frontera. Las infraestructuras Ni Marruecos ni Ceuta disponen en la frontera de instalaciones que permitan acoger las infraestructuras necesarias para servir a la existente Aduana de la Ciudad Autónoma, ni Marruecos puede a corto plazo contar con espacio e instalaciones adecuadas. En el caso de Ceuta ya advertí en su momento que la creación de polígonos comerciales en la frontera, podía retrasar o impedir la ampliación de la Aduana futura, pero no se atendieron esas advertencias y, en el momento actual, sería preciso acudir a importantes expropiaciones para albergar edificios, zonas de aparcamiento de camiones, etc. Igualmente, la endémica falta de previsión, ha dejado pendiente el enlace puerto-frontera del que tanto se ha hablado, el cual permitiría el tránsito hacia Marruecos de carga pesada y aglomeraciones de coches, sin afectar a la circulación de la ciudad. Y desde luego, la imprevisión de la carretera N-352 por parte de la Ciudad que no ha cerrado el acuerdo con la Administración Central y ésta tampoco ha exigido complementar la inversión realizada en el desdoblamiento de dicha vía nacional.

Pero es que para más problemas, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ha dejado fuera de planeamiento la Almadraba que es el auténtico tapón para que los turistas o los transportistas marroquíes vengan a Ceuta o regresen a su país, sin atravesar una zona dejada de la mano de Dios, llena de edificios, barracas y solares que llevan 28 años esperando permisos para renovarse. Inconvenientes y ventajas No cabe duda que Ceuta complementaría la llegada de mercancías por otros conductos, aportando tráfico sobre todo cuando otros puertos lleguen a sus límites en el paso o retorno de mercancías en camiones o en contenedores De todas formas, los transportistas seguirían eligiendo Tánger si el tema aduanero con Ceuta no se soluciona, ya que los complicados trámites actuales serían disuasorios, aunque estaríamos hablando de tránsito desde la Unión Europea hacia un tercer país con escala en un territorio franco. Es un asunto a estudiar que retrasará sin duda la puesta en marcha de una Aduana cien por cien operativa. En Ceuta se relanzaría el sector del transporte medio o pesado, sobre todo con origen o destino Ceuta, junto a los agentes de aduana y otros servicios anejos. Y naturalmente el puerto podría crecer exponencialmente al contar por fin con hinterland, posibilidad de conexiones con Tánger u otros destinos, aunque deberían habilitarse espacios para contenedores. Los comerciantes marroquíes en general podrían pedir a Ceuta sobre todo pequeños o medianos envíos de mercancía que estarían en sus domicilios en 24 horas si existen depósitos de almacenaje en la ciudad, lo que relanzaría igualmente las zonas llamadas comerciales de la frontera u otros lugares de Ceuta que podrían acceder la las ventajas de Zonas Francas. No cabe duda que el balance de compras y ventas sería favorable a Marruecos que se convertiría en uno de los más importantes proveedores de Ceuta, junto a la creación de empleo en el norte. Varias posibilidades de Aduana comercial En caso de que exista voluntad por ambas partes de utilizar la frontera para el paso legal de mercancías, no cabe duda que la puesta en marcha de esas instalaciones y dotación administrativa podría hacerse de forma inmediata si hay voluntad por ambas partes. Primero, dicha Aduana por parte de Marruecos podría estar lista para viajeros, de forma que sea posible abonar derechos si procede, por las compras realizadas en Ceuta y, por otra parte, declarar lo adquirido en el vecino país por residentes ceutíes con el mismo régimen que se sigue cuando se adquieren productos en la Península y se traen a la ciudad. Sin embargo, para el tráfico de mercancías en vehículos, podrían realizarse en furgones de tipo medio que no requieran instalaciones especiales, si es que se habilitan unos carriles para que no se trate de una Aduana comercial marroquí exclusivamente de viajeros y, tal y como dice el acuerdo España-Marruecos, se contemple también el paso de mercancías. Y quizás más adelante cuando España y Marruecos creen espacios en sus fronteras para camiones, completen edificios con la administración suficiente y se resuelvan los temas de la Aduana de Algeciras con la de Ceuta, podría habilitarse la frontera para el paso de vehículos con carga, porque en lo que se refiere al tráfico portuario no podrían presentarse otros problemas más que la voluntad política y el espacio, naturalmente. De todas formas, todos estos temas se deberían explicar en Ceuta a los empresarios, sindicatos y opinión pública en general mediante conferencias, reuniones sectoriales y con datos concretos, porque será preciso modificar algunas estructuras económicas y empresariales de la Ciudad a fin de aprovechar todas las posibilidades.


La Unión Europea También será necesario contar con nuestros socios europeos para temas tan importantes como la Unión Aduanera y el Tratado de Schengen. El primero, la Unión Aduanera por cuando continúa el debate después de múltiples estudios sobre si le interesa a Ceuta incorporarse a la misma. Parece que al final casi todos los políticos estaban de acuerdo en que debía producirse la integración en el modelo aduanero europeo, lo que eliminaría el inconveniente de Algeciras como doble control para los transportes a Marruecos vía Ceuta. Pero el tema requerirá voluntad política que lleva aparcada muchos años y conformidad de los socios europeos, ya que se requiere unanimidad, existiendo no obstante una posibilidad de incorporación temporal. Respecto al Tratado de Schengen, no podría abrirse una frontera y una Aduana por parte de Marruecos si pueden utilizarla todos los residentes en la provincia de Tetuán que se incrementaron con ciudadanos llegados de todas partes de ese país que colapsarían los pasos, como ocurría anteriormente. Parece que existía casi unanimidad política también respecto a que era necesario suprimir la excepción al Tratado de Schengen, a fin de que se accediera a Ceuta con visado, aplicando las previsiones para ciudadanos de las zonas fronterizas. Porque ya es hora que se explique en Bruselas que Ceuta es una ciudad aislada de Europa y que aún no ha visto reconocido este hecho esencial de tener características similares a las regiones ultraperiféricas y se adopten las medidas correspondiente que debieron exigirse hace tiempo a través de una representación de la Ciudad Autónoma de Ceuta en la capital comunitaria. Y desde luego, todas estas decisiones deben adoptarse por Marruecos o España dentro de su ámbito de competencias, ya que el acuerdo suscrito en Rabat por los dos países garantiza que los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados. Solo así se producirán efectos económicos y sociales beneficiosos en Marruecos y en Ceuta, mejorando de una vez por todas las interrumpidas relaciones transfronterizas.

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