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Ceuta y el norte de Marruecos: una economía de ida y vuelta

Autor: José María Campos


En el Marruecos oficial siempre ha existido el convencimiento que Ceuta vive a costa de dicho país. Piensan algunos que como se les han estado vendiendo millones de euros en artículos diversos a compradores marroquíes, la ciudad española subsiste gracias a Marruecos y su vida económica y social se desplomará al dejar de existir ese negocio fronterizo.

Lo que, según la prensa, Marruecos no conoce o no tiene en cuenta, es que Ceuta también aporta ventajas importantes al país vecino, por lo que esos beneficios económicos y sociales, al menos en parte, son de ida y vuelta.


Por ejemplo, en territorio ceutí trabajan miles de ciudadanos fronterizos que ganan el triple que en Marruecos si lograran colocarse allí y, por tanto, aportan cifras importantes a la economía del norte. Pero es que cientos de personas del país vecino se benefician de la sanidad española a través de los servicios de urgencia, partos, etc lo cual no ha sido cuantificado para facilitar a Marruecos unos datos estadísticos de la cifra de esas aportaciones en médicos y tratamientos hospitalarios que parece superar los 14 millones de euros anuales.

Además, el tráfico de productos que no olvidemos lo hacían marroquíes y ha sido tolerado siempre por sus autoridades, daba trabajo directo al menos a 4000 personas e indirecto a miles de familias más, aunque esto ya es historia.

Y luego están los llamados menores no acompañados que son teóricamente más de 600 en el mejor de los casos y necesitan contar con un presupuesto de más de 12 millones de euros solo en Ceuta, tanto con cargo de esta ciudad como del gobierno español, ya que hay centros, personal y otros gastos que son asumidos para dar cobijo y formación a estos niños que después probablemente se quedarán en España. Todo sin contar con los inmigrantes ilegales que llegan de Marruecos y que muchos son de ese país.


A esto hay que agregar los miles de ceutíes que colapsaban la frontera para pasar a Marruecos, unos porque tienen familiares allí, otros porque iban de compras, a comer, a la playa, a hacer turismo o para disfrutar de sus casas, generalmente en la costa. Todo esto suponía un aporte considerable de beneficios a Marruecos que deben cuantificarse para añadir a las anteriores ventajas que Ceuta genera para dicho país.

Mención aparte merecen los miles de marroquíes “atrapados” en España por el cierre de sus fronteras y que subsisten de las ayudas que se les prestan en ciudades como Ceuta y otras.

Todo ello sin tener en cuenta los rumores no confirmados que aseguran la supresión del puerto de Ceuta como paso de los trabajadores marroquíes que regresan a su país en la llamada Operación Paso del Estrecho (OPE). En 2019 fueron 3.340.000 viajeros los afectadas por el dispositivo y el número de vehículos 760.000.

Pero es que España moviliza 21.000 personas entre Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, personal sanitario, traductores, miembros de Cruz Roja y las Autoridades Portuarias, tomando unas costosas medidas adicionales como la apertura del Área de Emergencias de Los Barrios con capacidad de estacionamiento para 2.000 vehículos y 10.000 pasajeros.

Hay que tener en cuenta que la llave de este movimiento de vehículos y personas la tiene España que aporta esas costosas facilidades a Marruecos para que sus ciudadanos crucen rápido el territorio español, a pesar de producir retenciones e incomodidades. Pero si Marruecos decidiera eliminar el puerto de Ceuta como destino, España debería reaccionar, porque en el sur de la Península, sobre todo en Algeciras, se llegaría al colapso, ya que solo Tangermed no podría asegurar el tránsito y este puerto se vería superado, ya que solo cubre el 50% de los traslados y el resto Tarifa y Algeciras-Ceuta. Las esperas serían interminables a costa de España que no podría tolerar la marginación de Ceuta.

Y la gran duda para algunos es si detrás de todas esas medidas restrictivas que Marruecos está aplicando o parece que aplicará, no solo en Ceuta sino también en Melilla, está planeando la reivindicación territorial sobre ambas ciudades con una estrategia preconcebida.


El futuro

Queda por ver como afrontarán Ceuta y su hinterland marroquí la nueva situación cuando pase la pandemia y las fronteras se abran con más o menos restricciones. Es lógico pensar que el país vecino seguirá dando por terminado el comercio transfronterizo a lo que tiene perfecto derecho y tratará de paliar los efectos negativos de tal decisión con las anunciadas Zonas Francas de Fnideq. En esto hay opiniones de todo tipo sobre si se conseguirán o no, los resultados que se esperan.

Para relanzar una región que ha perdido el gran cliente que es Ceuta, deberían seguir potenciando el turismo de la región llamada Tamuda Bay que va desde Fnideq (Castillejos) hasta Tetuán. Pero es sabido que se trata de un negocio veraniego solamente. Y si se quiere relanzarlo en invierno, sería necesario contar también con Ceuta para que esta ciudad facilite junto a Tánger, también el paso de turistas de la Península o extranjeros de la Costa del Sol. Y no olvidemos que los residentes temporales en esas magníficas playas del norte de Marruecos, necesitan hacer excursiones y compras para cubrir sus tiempos de ocio y el viaje a una ciudad distinta como Ceuta, puede ser un atractivo importante para Tamuda Bay.

Los ciudadanos de Ceuta, por su parte, opinan mayoritariamente que todas las decisiones adoptadas por Marruecos, desde la supresión del abastecimiento de pescado hasta las restantes medidas económicas, pretenden afectar negativamente a la ciudad española y, por tanto, deberán buscarse soluciones alternativas. Será la Ciudad Autónoma o los propios ciudadanos si no se lograra la unión de todos, los que viajen hacia Madrid o Bruselas, ambas inactivas hasta ahora, para pedir medidas estratégicas que proporcionen a Ceuta un medio de vida estable e independiente.

Las armas de Ceuta para conseguir ese desarrollo sostenible son el turismo en una ciudad plagada de monumentos, museos, historia, gastronomía, hoteles, playas y con excelentes comunicaciones por mar o aire; el puerto que estudiará activar todas sus posibilidades compitiendo incluso con Tangermed; el comercio que se reestructurará para adaptarse a la nueva situación; el Régimen económico-fiscal en el que será necesario profundizar; y la pesca como explotación o base de suministro que, sin duda, necesitará una negociación con la Unión Europea, junto al urbanismo si es que se superan las barreras existentes, todo ello junto a otras posibilidades que vayan presentándose. Y siempre tratando de mantener excelentes relaciones fronterizas con nuestros vecinos, como establece la Política europea de vecindad.

Porque cuando leemos en la prensa marroquí que la ciudad española podría convertirse en una base militar simplemente como Alhucemas o los Peñones, es que no conocen la larga historia de la Ceuta Autónoma resolviendo situaciones más difíciles que la planteada en estos momentos.



Consecuencias del cierre de la frontera

Toda esta situación en la que Marruecos adopta una serie de medidas en perjuicio de Ceuta que afectan también a sus propios ciudadanos, no ha llegado a perjudicar las relaciones entre los habitantes corrientes de Ceuta y los del territorio circundante. A nivel de ciudadanos, dichas relaciones eran y siguen siendo cordiales, ya que a través de redes sociales y de las ayudas que constantemente se remiten a familias de Marruecos, es evidente que todos esperan al menos una apertura de los pasos fronterizos para volver a trabajar en Ceuta o visitar a familiares y amigos.

Lo que no tiene solución es la venta masiva de propiedades de ceutíes en Marruecos con el aporte de divisas que ello significaba para ese país y los gastos de todo tipo que se realizaban allí. Ni las importantes cantidades que han perdido todo tipo de establecimientos comerciales del norte de ese país, incluidos restaurantes y hoteles.

Igualmente, los trabajadores fronterizos, cuando consigan regresar a Ceuta, pueden encontrarse con su puesto de trabajo todavía disponible o ya ocupado por otra persona, sobre todo algunas mujeres del servicio doméstico que pueden comprobar que las familias se han organizado de otra forma.

Todo lo demás irá volviendo a la “normalidad” lentamente, desde los menores no acompañados hasta las urgencias en el hospital o los asaltos a las vallas, los dos primeros conceptos sin estadísticas y valoraciones fiables que remitir a Marruecos a título informativo.


En detalle

¿Posible reivindicación territorial?, Y la gran duda para algunos es si detrás de todas esas medidas restrictivas que Marruecos está aplicando o parece que aplicará, no solo en Ceuta sino también en Melilla, está planeando la reivindicación territorial sobre ambas ciudades con una estrategia preconcebida.

Perjuicio de sus propios ciudadanos. Toda esta situación en la que Marruecos adopta una serie de medidas en perjuicio de Ceuta que afectan también a sus propios ciudadanos, no ha llegado a afectar a las relaciones entre los habitantes corrientes de Ceuta y los del territorio circundante

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