top of page

El amigo marroquí y los inmigrantes


Se trata de un hombre corriente, de esos que nos cruzamos a menudo por la calle. Adalberto Pérez no es político ni funcionario. Trabaja como profesional y, al ser persona versátil, puede ser empresario u otras cosas en un momento determinado. Participa en negocios y aparece como miembro de algunas asociaciones, aunque sin cargos de relevancia porque es modesto y le gusta pasar desapercibido. Sin embargo, nuestro hombre es muy observador y, como cambia impresiones con tanta gente, toma buena nota de todo y después lo transcribe, por lo que tiene guardadas las opiniones de muchos de los que, por cierto, nunca cita sus nombres verdaderos.


Adalberto tenía un amigo desde la escuela de primaria que en 1957, después de la independencia de Marruecos, se marchó con su familia a vivir al sur de ese país. Pasado el tiempo, Abselam que así se llamaba, regresó a Ceuta para ver a algunos familiares que conservaba en el Pasaje Recreo y ambos reanudaron la vieja amistad que siempre estuvo presidida por la confianza que aporta el contacto desde la infancia. Adalberto se dedicaba en Ceuta a sus negocios y el amigo marroquí, después de estudiar medicina en Rabat, ocupó un alto cargo en la sanidad de su país, pero ya estaba jubilado

A partir de entonces se encontraban periódicamente y, en esta ocasión, como la frontera permanecía cerrada desde octubre de 2019, se citaron en una cafetería de la calle Larios en Málaga, ciudad a la que Abselam llegó desde Tánger por avión, para pasar unos días en la costa.

Aunque ambos se habían comprometido a no hablar de política, pronto el marroquí tocó un tema conflictivo como era la avalancha de inmigrantes de mayo de 2021, de la que tenía un enfoque muy original. Explicó a Adalberto que ese día hubo una gran presión sobre la frontera y los agentes marroquíes no pudieron contener la citada avalancha, por lo que al final cedieron. Y la incorporación de niños a dicho asalto fue una sorpresa para todos.

Adalberto esbozó una sonrisa y movió la cabeza dando a entender que todo eso era una leyenda e incluso llegó a decir que era mejor no abordar ese asunto, aunque añadió que los menores estaban creando posiciones encontradas en Ceuta y en el resto de España (destacó “en el resto de España”).

"Adalberto se dedicaba en Ceuta a sus negocios y el amigo marroquí, después de estudiar medicina en Rabat, ocupó un alto cargo en la sanidad de su país, pero ya estaba jubilado"

-Está claro -afirmó Abselam- que los menores pasaron sorprendiendo a los agentes de Marruecos y después de quejaros los de Ceuta en todos los medios de comunicación, ahora no queréis devolverlos a sus familias y a su país. Es como si los tuvierais secuestrados y encerrados en naves comerciales en las afueras de Ceuta…

-Eso no es cierto -le cortó Adalberto- una parte de los menores están perfectamente atendidos en espacios acondicionados, donde conviven perfectamente y otra parte deambula por la ciudad pidiendo limosnas o alimentos porque no quieren ir a las zonas de acogida ni por lo visto, regresar a tu Marruecos.

Abselam soltó un largo discurso en el que destacó el hecho de que se negara a los menores volver a su patria con excusas en las que participan organizaciones que viven de este tipo de problemas e incluso tribunales que imponen que esa juventud prometedora permanezca en España y no regrese con sus familias, incluso incumpliendo acuerdos con Marruecos. Respecto a los posibles intereses en juego que él opinaba que son importantes, Abselam citó incluso la viñeta en un periódico ceutí donde se decía “que hayan menas es un negocio para algunos”

-Mira, Abselam – contestó Adalberto tratando de calmarse y haciendo gestos tranquilizadores con las manos- Es que en España prestamos una especial atención a la protección de los menores y esas organizaciones recurren a los Tribunales de Justicia que deben garantizar la seguridad de esos niños, quizás para que se demuestre que desean realmente volver a su país el cual, misteriosamente, parece estar últimamente dispuesto a recibirlos.


El marroquí estaba cada vez más nervioso porque no llegaba a comprender como España no les devolvía a sus menores con excusas políticas o jurídicas. Sin embargo, encendió un cigarrillo para calmarse y respondió a Adalberto muy despacio, como remarcando cada frase.

-Querido amigo -empezó diciendo- esa protección en España de que hablas será a los menores con la excusa de su hipotético bienestar, porque a los mayores bien poco los atendéis. Mientras que en Marruecos los abuelos permanecen en las familias queridos y respetados, vosotros en cuanto es posible, los lleváis a una Residencia y adiós. Luego ya vemos lo que pasa en esos centros con la pandemia. Pero a los niños marroquíes, se les ponen todo tipo de pegas para impedir que regresen a su querida patria con sus familiares y amigos. Porque cuando sucedió la inesperada excursión de marroquíes el pasado mayo hacia Ceuta, salvo excepciones, nadie ayudó de verdad en España, aparte de visitas políticas protocolarias. Pero ahora, con esto de la protección de los menores, volvéis a estar de moda sin que nadie aporte soluciones al problema de fondo.


"Aunque ambos se habían comprometido a no hablar de política, pronto el marroquí tocó un tema conflictivo como era la avalancha de inmigrantes de mayo de 2021, de la que tenía un enfoque original"

Abselam hizo una pausa y respirando hondo, continuó.

-Además, Adalberto fíjate que ni las organizaciones o entidades que intervienen ni nadie menciona la diferencia de condiciones de vida existentes en Marruecos para esos niños ni se critica en ningún momento a Marruecos, todos cargan contra España porque creo que es lo justo.

El español muy afectado, decidió cortar esa conversación porque no veía un punto de encuentro posible, así que le preguntó a su amigo si sabía la fecha en que se reanudaría el paso por la frontera en los dos sentidos, con lo que sus amigables encuentros podrían reanudarse en Tetuán o incluso Kabila.

-Creo que en 2021 -afirmó Abselam- todo seguirá igual y quizás el año que viene se irá normalizando el paso, pero es que Marruecos no podía aguantar más el contrabando salvaje que se le colaba desde Ceuta y las miles de porteadoras sobre todo, que estaban esclavizadas con ese tráfico del que vivía Ceuta. De todas formas todo es posible cuando nada menos que nuestro Rey, en su discurso por el aniversario de la Revolución del Rey y el pueblo ha perdonado a España, abriendo un camino de reconciliación y mutuo entendimiento en el futuro y ello a pesar del tema Ghali y el Polisario. "Abselam soltó un largo discurso en el que destacó el hecho de que se negara a los menores volver a su patria con excusas en las que participan organizaciones que viven de este tipo de problemas"

Adalberto, al comprobar como su amigo acusaba a Ceuta de contrabando y esclavismo sin hablar de la responsabilidad de Marruecos en el tema, se dio cuenta enseguida que estaba entrando en otro laberinto, así que decidió cerrar el debate con un razonamiento lapidario, para que Abselam se enterara de una vez de lo que estaba sucediendo realmente.

-Mira Abselam -afirmó con rotundidad- Marruecos aspira a ocupar Ceuta de una u otra forma y ha iniciado una estrategia con la que pretende arruinar a la ciudad como un primer paso. Pero no sabe que toda España junto a Europa están a nuestro lado para ayudarnæos y los políticos actuarán unidos para encontrar soluciones positivas…

-Jajajajaja ¿y Estados Unidos también a vuestro lado? -la carcajada de Abselam fue demasiado ruidosa y Adalberto optó por levantarse de la mesa añadiendo una intervención rotunda-

-Yo no he venido a discutir contigo -sentenció-, sino a pasar un agradable rato juntos en recuerdo de nuestra vieja amistad, así es que es mejor que nos separemos hasta mejor ocasión.

-De eso nada -contestó el marroquí rotundamente- Siéntate por favor y hablamos de otras cosas, porque nuestra hermandad está por encima de todo.

Adalberto accedió a sentarse, se dieron la mano y rieron juntos. Después iniciaron una conversación intrascendente sobre todo de incidencias familiares y así fue pasando el tiempo en aquella agradable cafetería malagueña.

bottom of page